Los estados de Jalisco, Michoacán, Guanajuato y Veracruz así como México entero estan de manteles largos desde este momento en que escribo esto, ya que a partir de este día 20 de noviembre de 2005 podemos contar con trece nuevos beatos, hombres que dieron su vida en lo que ellos consideraron la defensa de su fe.
El actuar de estos hombres se dio durante la gestión del presidente Plutarco Elías Calles, (1924 – 1928), que pretendía colocar al estado por encima de cualquier poder.
El general Plutarco Elías Calles obtuvo del congreso en enero de 1926, la aprobación de la ley reglamentaria del articulo 130; la cual facultaba al poder federal la regulación de la “disciplina” de la iglesia y confirmaba el desconocimiento de la personalidad jurídica de la iglesia, dentro de esto comprendía el que las legislaturas estatales tendrían facultad para determinar el numero máximo de sacerdotes dentro de su jurisdicción, e indicaba además que se requería además un permiso de la secretaria de gobernación para la apertura de nuevos lugares de culto.
En junio de 1926 se expidió la “ley calles” que reunió todos los decretos y reglamentaciones de los artículos relacionados con la iglesia.
Debido a ello los jerarcas de la iglesia determinaron la suspensión del culto para el 31 de julio de 1926.
Los seglares ( laicos, personas que no son eclesiásticos ni religiosos), organizados en la “Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa”, (organización que aglutinaba a la vez a otras mas como los Caballeros de Colon, la Unión de Damas Católicas y la Asociación Católica de la Juventud Mexicana, etc.) determinaron encabezar un boicot económico, para presionar la derogación de dicha ley.
Ante la negación del gobierno, la liga determino que la acción cívica se había agotado y que el levantamiento armado seria el 1 de enero de 1927, cabe aclarar que levantamientos espontáneos en Zacatecas ya habían dado inicio a la “cristiada”.
En 1929 la alta jerarquía católica pacto unos arreglos con el nuevo presidente Emilio Portes Gil, sin considerar a los militantes seglares y cristeros, (únicamente como instrumentos de presión); el gobierno se comprometió a la no aplicación de los artículos constitucionales , objetos de la discordia, pero sin reformarlos y el culto publico fue reanudado.
Los ánimos se aplacaron por unos cuantos años hasta que en 1934 ahora bajo la gestión del presidente en turno Lázaro Cárdenas (1934 – 1940), se reformo el articulo tercero constitucional para introducir la educación socialista, una nueva oleada de cristeros surgió pero sucumbió ante la actitud conciliadora del nuevo presidente y la disposición de la jerarquía eclesiástica a continuar negociando.
Se considera que esta “Revolución Cristera” tuvo presencia de 1915 a 1937, durante este periodo fueron recopilados los hechos que estos hombres vivieron y que hoy la Iglesia Católica les reconoce beatificándolos.
Como Mexicanos este fue un acontecimiento que lacera nuestra memoria como nación y no deseamos que vuelva a ocurrir, no se puede decir que fue la culpa del estado Mexicano ya que la iglesia catolica tambien tuvo su carga gigante de culpa o hablar de buenos y malos, mucho menos festejar un triunfo donde murieron hermanos mexicanos (militares y/o cristeros) asesinados por otros mexicanos, simplemente la lección es única, llana y simple: ¡ T O L E R A N C I A ¡.
Durante la celebración de la ceremonia religiosa, su Santidad el Papa Benedicto XVI envió el mensaje de beatificación, de hoy en adelante se tomara como día festivo de estos nuevos beatos de culto regional, el día 20 de noviembre.
Termino este articulo citando la frase de uno de ellos: “nunca fue tan fácil ganarse el cielo”.